Miercoles. Cuatro de la tarde. Estoy en mi mesa de trabajo, leyendo unos informes de los convenios que han firmado las ONGD con la AECI. Los convenios son una nueva modalidad de "asociación" entre el Estado español y las Organizaciones No Gubernamentales: en vez de ser subvencionadas por un año, se les subvenciona por 4 para que puedan desarrollar proyectos regionales a medio plazo.
Entre informe e informe, de repente empiezo a notar algo extraño. El suelo no es estable. La silla con ruedas se empieza a mover de un lado para otro, muyyy suavecito, pero se mueve.
No doy crédito a lo que me está pasando. Siento como si toda la base sobre la que estoy se va a ir a la mierda. Los cimientos no son buenos. Esto se cae.
Lo hablo con un amigo de Madrid por internet. Le digo: "¡Tio, estoy teniendo un terremoto ahora mismo!". Me dice: "A ver si va a ser que el edificio tiene parkinson...". Se lo comento a mi compañera de oficina:
- Bego, ¿lo estás notando? - Digo.
- Sí. Voy a abrir la puerta del despacho. No vaya a ser que por el temblor, se quede atrancada y no podamos salir.
Después, en "La Prensa", leo esto.
Por suerte, yo trabajo en un edificio que no tiene plantas. Si trabajara en un segundo o tercer piso, el movimiento sísmico se hubiera notado probablemente mucho más, como me dijo una amiga que tengo trabajando en León. Pero en Managua ya no se construyen más pisos de 2 plantas. Desde el terremoto de 1972 que devastó la ciudad, nadie construye en el antiguo casco histórico, donde estaba la catedral; y nadie construye más de dos plantas. Porque Managua, una ciudad de 1,8 millones de habitantes, sufre de 2 a 6 terremotos diarios. Aunque el de ayer fue un poco más sonado.
2 comentarios:
El primer temblor que sentí yo en El Salvador también fue estando en la OTC. El 1 de noviembre de 2006. Me acuerdo porque aquí no era festivo.
Desde aquel día he sentido unos poquitos y, como dije en mi blog, lo sorprendente es que la tierra "simplente se mueve" en un temblor de más de 5º!!!!
Respecto a que haya más de uno diario, es probable. A mi me dijeron que todos los días había temblores de pocos grados, y que era mejor así porque se liberaba energía y que los grandes venían por que había pasado tiempo sin temblar la tierra.
Pero bueno... Yo seguiré cruzando los dedos para no ver ninguno grande, a pesar de estar viviendo en "el país de las hamacas".
Te vamos a tener que recibir como si regresases de una guerra, qué de peligros (terremotos, amish, Chávez...).
Cuídate.
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