Esto me ha hecho reflexionar sobre algunas cosas de mi vida, en estos tiempos de crisis (tan existencial como económica). En mi historia reciente, por ejemplo.
En el artículo se habla mucho de la introspección, el investigarse a uno mismo que tanto estudié en antropología y psicologia social durante mis estudios en la universidad. El hecho de pararse a pensar lo que uno quiere, tras momentos críticos de nuestras vidas como me ocurrió cuando terminé la carrera, es fundamental para guiarte en este mar de oportunidades sin ahogarte. El pararte a pensar qué quieres es esa herramienta que te sirve para aprender a nadar y no flotar y dejarte llevar a la deriva sin control sobre tu vida. En mi caso, cuando terminé la carrera de Sociología, navegué por internet en universidades de EEUU, también con el ánimo de seguir poniendo en práctica mi inglés tras haber finalizado la carrera en Inglaterra con una beca Erasmus. Desde EEUU me mandaron una guia sobre futuras salidas profesionales para sociólogos así como información sobre la universidad estadounidense de la que pedí información. En ella, ahondaban un poco sobre dos ideas que se me quedaron grabadas:
- Para triunfar en una empresa, es normalmente mejor empezar desde un nivel básico y no como jefe.
- La clave del éxito es pararse a pensar en lo que uno quiere de su futuro trabajo.
Desde que comencé el blog, de las seis lineas de trabajo que me gustaban y que me había propuesto inicialmente, he trabajado en una u otra medida en casi todas ellas, es decir, las que más me gustaban:
- Cooperación Internacional: He trabajado con proyectos de cooperación como voluntario en la Fundación durante 6 meses.
- Trabajar con Inmigrantes. He trabajo directamente con inmigrantes tanto en el CEPI Centroamericano como actualmente como Agente de Desarrollo Local.
- El Mundo de las ONGs. He tenido la suerte de poder colaborar con Plan International, ACNUR - Comité España y MPDL.
- Trabajar en una Organización Internacional. He podido trabajar durante 9 meses en la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), donde trabajé además coordinando la labor de las ONGs españolas, asi como en un proyecto de codesarrollo con inmigrantes Nicaraguenses.
- Sacarme la carrera diplomática. Evidentemente, no me la saqué. Pero si que trabajé 6 meses en prácticas en el Departamento de Política Exterior para México, Centroamérica y Caribe del Ministerio de Asuntos Exteriores
- Trabajar en Recursos Humanos. Definitivamente aquí no trabajé. Afortunadamente. Más abajo os cuento por qué.
Mi experiencia de trabajo en Nicaragua me aportó herramientas de trabajo que luego utilicé a nivel profesional. Pero mi experiencia personal en el paisito, aprendiendo de sus gentes, de su amabilidad, hospitalidad, de su estoicismo ante los avatares de la vida, de su forma tranquila de tomarse la vida me hicieron reflexionar y hacer cambiar actitudes en mi vida, aceptando los cambios y dificultades de una forma más serena y sosegada.
Cuando volví a España, tenía una plaza para entrar a estudiar en uno de los máster más prestigiosos de España en el ámbito de la cooperación al desarrollo y recomendado por todos los cooperantes que conocí en Nicaragua, el de la IUDC. No obstante, buena o mala decisión, lo rechacé y empecé a trabajar en una Consultora en temas de Inmigración, donde nos encargábamos de todos los asuntos migratorios de los ricachones de Repsol que eran expatriados a zonas donde hay petróleo. Estuve como implant de mi consultora en la sede de la petrolera trabajando con el personal de RRHH de Repsol, del que por cierto, no tengo gran recuerdo por todo su stress de trabajo y forma de tratar a la gente y entre ellos mismos, sobre todo por alguna que otra persona que allí trabajaba. Eso me traumó un poco, y más después de lo bien que había sido tratado en Nicaragua por sus gentes. Por cierto, por entonces tuve mi primera (y última) sesión de coaching en diciembre de 2007. La cosa no mejoró, y esto unido a las largas jornadas laborales que me hacían pasar entre 12 y hasta casi 14 horas fuera de casa hicieron que se produjera un cambio en mi vida: mi salida de EMS a cinco meses antes de mi boda. Extrañamente, el día de mi salida sentí un gran alivio. Había perdido un buen puesto de trabajo, pero me había ganado a mi mismo. Tenía 26 años, una vida por delante y un proyecto de unión de por vida con la que hoy es mi mujer. No me desanimé y efectivamente, a los dos meses volví a encontrar trabajo, y esta vez más relacionado con lo que me gusta: la cooperación, en su ámbito de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) para Aldeas Infantiles SOS.
Desde ese trabajo, en estos dos últimos años he tenido siempre las tardes libres. Horas que no he desaprovechado, dicho sea de paso, y las he utilizado para mi reciclaje y formación, así como para horas y horas de voluntariado. Ahí tuve también que tomar una decisión difícil: ¿Luchar por trabajar en lo que me gusta? ¿O reciclarme para trabajar en algo que no me llenaría, pero que me proporcionaría una mayor estabilidad? Por entonces, volvía a estar admitido en otro máster de cooperación, concretamente en el la Universidad Francisco de Vitoria, donde conjugaba los temas que siempre me han apasionado y que he tenido claro desde un principio: migracion, cooperación y codesarrollo. Y por otro lado, también estaba admitido dentro de un Máster de Recursos Humanos en una importante Escuela de Negocios de Madrid. En los dos casos, tenía una responsabilidad familiar que me hacía más difícil tomar una decisión. Finalmente, hice caso al corazón y a la intuición más que quizá a la razón. A pesar de que a principios de 2009 me quedé en el paro, eso no me desanimó ni en mi búsqueda de trabajo ni en mis intentos de formarme de conocimientos como de técnicas de trabajo. De ahí que trabajara en el CEPI y en la Fundación.
Y afortunadamente, el esfuerzo dió sus frutos. Hoy estoy trabajando en horario continuado de mañana en un ayuntamiento de la Comunidad de Madrid como Agente de Desarrollo Local. Tengo las tardes libres, que las dedico a pasar con la familia y amigos, además de seguir estudiando idiomas. La clave del éxito es, como dice el reportaje, luchar por lo que uno quiere y tener confianza en uno mismo, en lo que cree que debe hacer, porque de esa manera transmitirá la pasión que tiene a su trabajo y a su vida misma.
Desde aquí también agradezco el consejo de buenos amigos y familia que me animaron a estudiar lo que me pedía el corazón.