Me río en mi casa cuando escucho los anuncios en TeleMadrid de ahorro de agua. Y de todo ese tipo de anuncios pedagógicos que sacan en televisiones públicas o privadas. Ahora no. Desde el día en me que empezaron a cortar el agua… porque sí.
Managua es una ciudad donde no debiera tener problemas de abastecimiento de agua. Aquí llueve prácticamente todas las tardes en esta estación de lluvias en la que estamos ahora y que durará hasta finales de noviembre. Además, Managua tiene grandes reservas de agua, tiene grandes lagos y lagunas que rodean la ciudad… muchos factores propicios, pero aún así, hay cortes de agua. ¿El motivo? Aún no lo sé. Pero por si acaso en casa siempre guardamos varias garrafas de agua…por si acaso.
Lo mismo me pasa con la electricidad. Cuando llegué a Nicaragua, la mitad del tendido eléctrico no funcionaba. La ciudad estaba iluminada al 50% y las calles por las que circulábamos estaban totalmente oscuras. Ahí no acabó la cosa. La recepción en el hotel no fue mucho mejor: luces apagadas y gracias a que tenían velas pudimos apañarnos con la persona encargada de gestionar las habitaciones del hotel. Afortunadamente, la luz volvió al rato. Y para los días posteriores, el hotel usó un generador de energía que no entendí por qué no usó también el día que llegamos.
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