Es increíble como puede cambiar un país gracias a que un nuevo presidente toma posesión de su cargo. La ciudad se llena de policías y militares y se vacía de los pobres que piden pesos en los semáforos de la capital... eso no está bien visto cuando vienen 14 jefes de Estado y de Gobierno, así como otros muchos representantes de Embajadas y peces gordos. Por eso, se despliegan todos los medios posibles, poniendo hasta francotiradores en los hoteles (de lujo, claro: Hilton, Intercontinental, Crown Plaza...).
Pero bueno, fuimos unos cuantos amigos a ver la toma de posesión en la Plaza de la Fé Juan Pablo II, y nos encontramos con todo el mogollón de gente con las banderas rojinegras sandinistas (y algunos con camisetas del AC Milan) con el número 2 (la casilla del FSLN en las elecciones) y con el nombre de Daniel.
Allí, tras conseguir meternos en medio de todo aquello, tuvimos la ‘suerte’ de presenciar los discursos de Chávez, que prácticamente acaparó todo el espectáculo e hizo de espectacular showman con vítores a favor de Castro (¡¡como no!!) y la alianza socialista americana (¿bolivariana?): el eje Cuba (hermanos Castro) – Bolivia (Evo Morales) – Nicaragua (Daniel Ortega) y Venezuela (Sr. Chávez). El presidente venezolano además hizo entrega a Ortega de una copia de la espada de Bolívar (la original está en un museo de Venezuela).
Ortega, metido de pleno en el apogeo populista que le había introducido Chávez, empezó a disertar sobre los males del (como dijo Juan Pablo II, según él) capitalismo salvaje y preguntó a la gente concentrada en la plaza: ¿Nos unimos al ALBA? A lo que la gente respondía: SIIIII ¿Nos unimos al ALBA? SIIIIII; “Pues por decisión del pueblo, mañana mismo nos unimos al ALBA”. Esto es democracia y lo demás son tonterías. (¡espero se note la ironía del comentario!). ¡Ah! Y del DR-CAFTA lo criticó algo, pero no dijo que fueran a salirse de él, ya que “es una cosa que ya está firmada”.
El resto de la ‘velada’ transcurrió con críticas a las privatizaciones, a la economía neoliberal, con alusiones a formar un Estado único latinoamericano en donde no haya fronteras... todo esto aderezado con las intervenciones de su mujer, Rosario Murillo (que animaba a las masas diciendo cosas como “Juventud, Divino Tesoro, como dijo Daniel”) y de sus seguidores políticos, entre ellos las del vicepresidente cubano al que desconocía, José Ramón Machado.
La verdad es que hay que tener valor para aguantar todo eso, como lo aguantó el Príncipe de España. Aguantar que tengas al lado tuya al ex presidente del país, el corrupto Arnoldo ‘El Gordo’ Alemán, constatando la corrupción del gobierno al que estás apoyando con tu presencia.. como digo, hay que ser valiente para estar ahí. Pero bueno, esto no saldrá en la TV española. Simplemente saldrá alguna breve imagen en donde se diga que S.A.R. El Principe de Asturias asistió a la toma de posesión de Daniel Ortega como Presidente de Nicaragua. Así vivimos en el mundo, sin enterarnos de la mitad de las cosas.
2 comentarios:
Este tio (Ortega) da un poco de miedo y todo. No ha nombrado a ningún ministro de defensa, sino que él mismo se ha otorgado el poder del ejército. Además, sus ministros no juraron la constitución, sino que juraron por Sandino y por Rubén Darío.
De verdad espero que a este país le vaya bien en los próximos 5 años. A pesar de Ortega.
Muy interesante tu crónica de lo sucedido ayer. Efectivamente, en España hay dos tipos de reacciones: la de los que les gusta la revolución socialista de Chávez y sus adláteres y la de los que miran para otro lado y no quieren ver el peligro totalitario que se cierne sobre Iberoamérica (¡menos mal que por lo menos perdió AMLO!).
De Juan Pablo II recuerdo, a su llegada al aeropuerto de Managua, su dedo admonitorio sobre Ernesto Cardenal, ministro sandinista y representante del marxismo ensotanado. Juan Pablo II combatió sin reservas la Teología de la Liberación. ¡Qué cara más dura la de Daniel Ortega!
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