Así que pasé las navidades con mis amigos nicas en Sébaco, un pequeño y tranquilo pueblo del norte de Nicaragua que me sirvió como desestressante de la ajetreada vida en Managua. Allí vi, supongo, un poco más la Nicaragua profunda, la Nicaragua más de pueblo.
Sébaco es un pequeño pueblo agricultor de productos como la cebolla o el café que se vio en gran medida afectado en 1998 por el Huracán Mitch: el cauce del río cambió su rumbo y anegó cosechas y casas. Aún así, este pueblo ha sobrevivido al azote de las fuerzas naturales y hasta ha multiplicado su población.
Como aún no había salido a ver los proyectos de cooperación y uno de los familiares con los que pasaba las navidades que trabaja en una ONG nicaragüense se enteró de que trabajo con ONGD desde la Cooperación Española (AECI), decidió enseñarme una escuela con la que trabaja Infancia Sin Fronteras en Sébaco. ¡¡Por fin veo las cosas sobre el terreno!!
Infancia Sin Fronteras ha aprovechado unos edificios que construyó la cooperación alemana para formación de nicaragüenses. Los españoles de Infancia Sin Fronteras han creado allí la infraestructura necesaria para que cientos de niños puedan tener acceso a una escuela y no estén en la calle pidiendo. En la escuela se les enseña hasta que tienen 8 años, y además se ha dotado a la escuela de un comedor en donde se proporciona a los chavales una alimentación variada en donde no falta leche o zumo.
La profesora de la escuela me estuvo explicando todos los detalles de cómo los españoles (de Infancia Sin Fronteras) habían estado trabajando. Ella se mostraba agradecidísima por la labor de los españoles; y es que, la escuela parece que está funcionando tan bien, según lo que me dijeron, que hay un proyecto para ampliarla y crear un patio con columpios para que los niños se distraigan. Debo confesar que por un momento sentí algo de vergüenza: yo tan sólo soy un joven cooperante que se está encargando de los temas de ONGs porque actualmente no hay nadie en la OTC que lleve estos temas directamente. Pero la profesora y el familiar de mi amigo me enseñaban la escuela y sus planes pensando que, tal vez, yo tuviera algún poder para que Infancia Sin Fronteras aprobara el plan de ampliación y mejora de esa escuela. Desgraciadamente, eso no depende de mí, sino de la propia ONGD (que decida priorizar la escuela de Sébaco frente a otras) y de que les llegue el presupuesto desde la AECI en Madrid.
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