sábado, octubre 02, 2010

Los JASP y los (Pre) Parados de EL PAIS

No sé si conocéis la serie "(Pre) Parados" (separado, si) del diario El País. Yo la llevo siguiendo desde hace poco tiempo, pero siempre que cae alguna vez el periodico en mis manos, me da por leer esta pequeña seccion.

En ella, se relata la vida de los anteriormente denominados por los sociólogos en los 90 como JASP (Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados), que según lo que da a entender el diario, podrían llamarse ahora Jovenes Aunque Sobradamente Parados. Sólo voy a poner una pequeña selección que extraigo de su Web, para que os hagáis una idea de lo que se transmite en esta serie:

"Hace medio año tenía una Fulbright, ahora trabajo en una tienda de ropa". "Si quiero avanzar y no quedarme estancada, voy a tener que irme de nuevo, pero esta vez sin billete de vuelta". "95.000 euros en formación.... para nada". "Y este chico, con este currículo, ¿quiere trabajar aquí?". "Opositar o hacer la maleta".


Creo que el tono de anteriores quejas y lamentos de los miles de personas que están ahora paradas, muestran un poco lo que quiere mostrar EL PAIS: gente cualificada, que no encuentra su lugar en un mercado de trabajo que, en época de crisis económica, no es capaz de absorber, y donde los jóvenes ven solamente opciones de prepararse una oposición o una huida hacia el extranjero, ya sea para perfeccionar un idioma o para intentar trabajar "de lo suyo".

No os voy a mentir, esta entrada la escribo por un comentario que leí de Rocío Reina, de Málaga, titulado: "Si España no quiere saber nada de mí, yo tampoco quiero saber nada de ella". Viene a decir lo mismo que todos los JASP en paro, citando además que un AEDL de un ayuntamiento (como podría ser yo) le hizo llorar porque le dijo que borrase las cualificaciones profesionales de su CV para poder optar a un puesto de auxiliar administrativa. También dice Rocío que se va a ir de Au Pair a Londres con una familia británica cobrando... ¡60 euros a la semana!.

Todo esto me recuerda a mis estudios en inmigración, y concretamente el perfil sociológico del inmigrante en la Comunidad de Madrid según el Barómetro realizado por el Observatorio de la Inmigración de la región, que creo recordar que venía a ser este: Mujer latinoamericana, joven (30-35 años), con estudios de bachillerato (o universitarios, si nos centrásemos más en los latinoamericanos). Y parece que desgraciadamente se va a repetir el mismo patrón ahora en España: los jóvenes, que no encontramos nuestro lugar en el mercado, tendremos que salir fuera a encontrar trabajo. Si tenemos suerte, nos contratarán y trabajaremos para lo que estamos preparados. Si no, nos pasará como a la mayoría de muchos latinoamericanos (u otros inmigrantes que puedan estar cualificados) que están en la Comunidad de Madrid o en España, es decir, trabajaremos cuidando y paseando a los abuelitos, en los restaurantes o en los trabajos que nadie quiere hacer con la excusa de "al menos aprendo inglés", o "al menos estoy trabajando".

¡Qué curioso! ¡Cómo da de vueltas la vida! Ahora el "Panchito" (palabra que odio a muerte, por cierto) que hace de todo, el "panchito" que nos molesta tanto telefónicamente intentando vendernos el ADSL - tal y como se mofan en "El Intermedio" de Wyoming - ... Ese "panchito" puede ser cualquiera de nosotros en lugares como Reino Unido, Francia, Alemania o Estados Unidos. Sólo espero que esta crisis económica haga que algunos prepotentes con ideas preconcebidas sobre los inmigrantes bajen de su nube particular, se vuelvan un poco más humildes y que piensen que sus hijos o hijas puedan ser los "panchitos" que trabajan en el extranjero.

Lo lamentable de todo esto, tanto para extranjeros que residen en nuestro país como para españoles que se van, es la fuga de cerebros donde los jóvenes (que son la parte más dinamica de la sociedad de origen) no hacen crecer a ésta y aprovechar las ideas novedosas que se les puedan ocurrir; Además, al contratar en otros países a estos "supercerebros",  hacen que la productividad de ese país extranjero crezca muy por encima de la del resto de países que dejan escapar a sus genios, porque en ese país extranjero sí que han sabido encajar ese talento dentro de su tejido productivo, cosa que ocurre demasiado poco España y mucho menos en los países tercermundistas.

2 comentarios:

Ananita87 dijo...

¿Sabes? Ahora que lo dices me doy cuenta de que TODOS estamos dentro del saco... Parece que no nos va a llegar. Mientras te leía pensaba: "no hay que exagerar"...Pero ese pensamiento me ha durado tres líneas, porque después me he acordado de mi amigo Sergio (tocayo tuyo), que se ha tenido que ir a Alemania a trabajar como Químico, porque en España no han sabido valorar su currículo de matrícula. Y allí tuvo que irse, "becado" con lo justo pasa sobrevivir, pero siendo ya más que lo que tenía aquí: nada. También me he visto a mi misma, deseando que me salga una oportunidad en el extranjero para marcharme...
Mal vamos...pero hay que buscarse el pan y un poco de felicidad, que en parte está en sentirse útil y capaz, qué menos después de haber estudiado...

En fin, gracias por la reflexión. A veces tenemos los datos claros, pero no nos atrevemos a hacer la operación y conocer el posible resultado.

Cuídate

Sergio Ruiz dijo...

Hola Ananita,

No quise poner un granito más de pesimismo dentro de la mala situación económica en la que vivimos, pero sí que es cierto que muchos jóvenes vemos salir al extranjero más como una oportunidad que como una salida forzosa por no encontrar adecuación a la demanda del mercado laboral.

Lo cierto es que estamos en la edad de hacer este tipo de cosas, de irnos, de probar y comprobar que no pasa nada al trabajar en el extranjero: estamos preparados y podemos hacerlo tan bien como otros europeos preparados.

El problema del español en general es que, además de que nos cuenta mucho aprender idiomas, también nos cuesta mucho coger el petate y aventurarnos a encontrar un trabajo en el extranjero.

Si ancha es castilla, más lo es Europa.