En Nicaragua no ha ganado la izquierda sandinista; ha perdido la derecha liberal y, probablemente, ha perdido Nicaragua.
En mi opinión, el electorado podía dividirse entre las dos opciones corruptas (Frente Sandinista, de Ortega, y Partido Liberal Constitucionalista, de José Rizo) y las dos opciones que prometían un futuro mejor para Nicaragua: el ALN (Alianza Liberal Nicaragüense) de Eduardo Montealegre y el MRS (Movimiento Renovador Sandinista) de Edmundo Jarquín. Y el pueblo optó por la continuidad de las corruptelas.
La corrupción en el FSLN es evidente y vista por todos, hasta el punto que se dice que Daniel Ortega maneja más poder en la sombra que los propios presidentes electos en anteriores legislaturas, aún a pesar de que Ortega había perdido en las anteriores elecciones (1990, 1996, 2001) debido a que la derecha siempre se presentaba unida en un mismo partido político.
Y es que, tal y como señala en una entrevista con ACAN-EFE Sergio Ramírez, ex vicepresidente con Ortega en 1985, “el clientelismo que le han permitido ejercer la cuotas de poder alcanzadas a través del pacto político con sus rivales en el poder" también le ha servido para mantener su liderazgo.
Además, Sergio Ramírez recuerda que "recientemente, Ortega ha apoyado la penalización del aborto terapéutico", aprobada en el parlamento con los votos de los sandinistas, "y ahora es católico, cristiano, apostólico y romano, e inseparable del cardenal Miguel Obando y Bravo", ex arzobispo de Managua y ex presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua.
No fueron los únicos que aprobaron ley que penaliza el aborto terapéutico, legal en Nicaragua desde 1893. Los liberales, tanto los del ALN como los corruptos del PLC, votaron también a favor. Aun a pesar de que la Ministra de Salud, Margarita Gurdián, lo rechazó. Eso sí, lo rechazó después de la votación de 52 votaciones a favor, nueve abstenciones y ningun voto en contra.
Pero sigamos analizando, esta vez sigamos con el PLC. El Partido Liberal Constitucionalista, representante de la actual corrupción política y juduicial en Nicaragua, ha sido el verdadero causante de que este año no ganara (una vez más) la derecha en Nicaragua, que ha hecho dividir el voto entre los votantes liberales para que ganase Ortega. ¿Cómo el PLC puede respaldar tanto a su anterior presidente del Gobierno, Arnoldo Alemán, que ha sido condenado a 20 años de prisión por desviar dinero a sus cuentas en Suiza? ¿Cómo puede permitir el PLC que Arnoldo Alemán pacte con Daniel Ortega que si gana las elecciones, el ex presidente salga de la cárcel, ya que Daniel Ortega tiene influencia sobre el poder judicial? Y lo peor de todo, ¿cómo más del 20% de los votantes han optado por esta opción política en vez de respaldar a Montealegre?
Por todos estos atropellos, surgieron los dos nuevos partidos. El ALN, con el licenciado de Harvard Montealegre, representaba la nueva esperanza en la derecha del país frente a la corrupción seguidista de Rizo a su líder real, Arnoldo Alemán. Y el MRS de "El Feo que quiere una Nicaragua Linda" (Edmundo Jarquín), partido escindido de los sandinistas y que tenía junto con el ALN un discurso moderado y coherente. No obstante, no ha habido división entre los votantes de izquierda, como ha sucedido con los liberales; muy probablemente porque Jarquín no tenía el mismo tirón electoral que tuvo Henry Lewites, antiguo y carismático líder del MRS que falleció en julio de este año. Y tampoco ha tenido mucho tirón el colocar como candidato a la vicepresidencia al popular cantautor nicaragüense Carlos Mejía Godoy.
Por tanto, mi conclusión es que Nicaragua ha optado por la continuación de la corrupción, con distinto signo político. Daniel Ortega, ese que ha elegido como vicepresidente de Gobierno a un conocido miembro de la Contra anti-sandinista, ese que ha pactado con el corrupto Arnoldo Alemán, ese otro coma-andante que es orador al estilo de Fidel Castro y que ha sido rápidamente felicitado por éste, Chávez y desgraciadamente también por nuestro presidente de Gobierno, es el que regirá la vida de los nicaragüenses durante los próximos cinco años.
1 comentario:
Comparto buena parte de tu análisis (no todo porque decir que el MRS era una buena opción...). Daniel Ortega y "el gordo" Alemán han acabado con todo atisbo de esperanza en Nicaragua. Como bien señalas, Ortega ha sido el presidente de facto durante estos años.
Iberoamérica es una ruina. El eje totalitario La Habana-Caracas-La Paz se va apoderando poco a poco del resto de países. Ahora pueden sumar un nuevo socio a la siniestra alianza si Rafael Correa se impone a Álvaro Novoa en Ecuador.
Los únicos que resisten son Uribe y Calderón. Y en una posición intermedia se encuentran Lula, Alan García y Kirchner.
¡Vaya futuro!
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