viernes, abril 03, 2009

Cambio de política en el Gobierno

Desde enero de este año, estoy trabajando como voluntario en el CEPI Centroamericano. Ahí me estoy encargando de finalizar un estudio sobre las necesidades básicas de los inmigrantes (que ya sólo me falta analizar los datos) y de paso junto con otro compañero que está haciendo su prácticum, estamos diseñando un taller de participación intercultural, porque en mi opinión en el CEPI falta aún muchas más actividades para que la gente pueda relacionarse y participar y aprender los unos de los otros.

El CEPI Centroamericano se encuentra situado en Lavapiés, practicamente al lado del Rastro. En la encuesta que estoy llevando a cabo, de 80 personas entrevistadas tengo más de 20 nacionalidades distintas. Pero esto no es ninguna noverdad. Sin embargo lo que sí me parece una novedad es el giro que ha dado nuestro gobierno socialista cuando van mal las cosas, es decir, en esta época de crisis económica. Y es que todos recordamos que cuando todo iba bien (económicamente), Caldera hizo la famosa "regularización masiva de inmigrantes", que tantas críticas recibió por parte de la UE, en donde se ponían como requisitos estar empadronado desde, al menos, el 9 de agosto de 2004 en España, no contar con antecedentes penales y demostrar que se contaba con un puesto de trabajo.

¿Cómo han cambiado las cosas en tan sólo dos o tres añitos, verdad? Hemos pasado de sobrarnos trabajos en la costrucción y en el sector servicios, a tener la mayor tasa de desempleo de Europa, el doble que en la UE; Caldera ya no está como Ministro y se está ocupando de "labores importantes en el campo de las ideas" en palabras de Zapatero; y ahora en vez de apoyar a los inmigrantes o sugerir otra regularización para el aproximadamente millón de personas que se calcula que hay en España sin regularizar, se invita amablemente a los inmigrantes a que se vayan a su país de origen mediante un Plan de Retorno Voluntario muy similar al de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) que gestiona en España Cruz Roja y al que casi ningún extranjero residente en nuestro país quiere acogerse, muchas veces porque no se ajustan los plazos en que quieren regresar a sus países según mi estudio.

Pero esta es la cara amable del socialismo español en tiempos de crisis. La cara menos amable es la de ordenar a las comisarias de Policía a que se detengan a inmigrantes por cupos mensuales; que el Ministro de Interior, Rubalcaba, niegue la evidencia asegurando que esa orden se había dado sólo a 4 o 5 comisarias y que ya está subsanado; y lo más triste para mí es salir de la Renfe de Embajadores y encontrarme con la policía justo en la salida, quedándome observando cómo el único criterio de la policía para parar a personas era el color de su piel o si sus rasgos son indígenas. Esto me contrasta mucho con las declaraciones del Sr. Ministro, en el que decía "La instrucción que tiene la Policía, la política que el Gobierno marca a la Policía, es que nuestra prioridad en relación con los inmigrantes ilegales es detener a aquellos que están vinculados a actividades delictivas"; y también los esfuerzos del PSOE por inculcar la idea hipócrita de que sólo el PP es el que vincula inmigración y delincuencia. ¿Quién vincula ahora qué, Sr. Ministro?

Sr. Rubalcaba, paseése una mañana por la calle Embajadores para ver quién tiene razón: si usted con sus declaraciones o los inmigrantes que se quejan de que no pueden ir a recoger a sus niños del Instituto Cervantes por miedo a ser parados, detenidos e internados en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Aluche. Aunque quizá lo que usted prefiera es que me calle, amenazándome con esos mismos policías que basan su único criterio para pedir documentación en el color de su piel vayan a subir al CEPI con la nueva Ley de Extranjeria en la mano y me vayan a multar con hasta 10.000 euros por trabajar e intentar ayudar a unos de los colectivos más vulnerables, los inmigrantes sin papeles.

En pleno Siglo XXI

Ultimamente me hace mucha "gracia" las expresiones del tipo: "parece mentira, pero aún en pleno siglo XXI...". Parece que la gente, al haber cambiado de siglo, se cree muy moderna. Y en mi opinión, no es así: ni hemos cambiado mucho respecto a cómo eramos hace 10 años en España y mucho menos, otros países en desarrollo han cambiado poco, o incluso a peor. Pero el hecho de haber entrado en el Siglo XXI hace ya casi una década se utiliza para justificar lo que tampoco era justificable a finales del siglo pasado. Y es que "parece mentira" pero a finales del siglo XX y ahora también se ejercía la ablación del clítoris a mujeres en algunas regiones de África; a finales del siglo anterior miles de niños eran explotados sexualmente, forzados a trabajar... y hoy también. Pero como digo, cuando nos interesa, parece que nos escandalizamos más por cosas que han ocurrido siempre, cuando realmente nos tendríamos que haber escandalizado siempre y no mirar hacia otro lado.

No obstante, si sirve este cambio de siglo para remover conciencias y así poder sensibilizar más sobre los dramas humanos, sea bien recibida la excusa.